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El Trabajo Offline da Resultados

Hace alrededor de dos años yo estaba inmerso en una campaña en la que promovía un producto para bajar de peso. Las personas que ya lo habían adquirido estaban ofreciendo muy buenos testimonios y dicho producto había sido testeado por algunas asociaciones médicas de este país. Es decir, todo indicaba que dicha campaña sería un éxito rotundo para mi.

Pero a pesar de haber enviado todas mis tropas al frente de batalla y de "golpear al enemigo" por todos los flancos, mi campaña no estaba dando los resultados esperados. Los índices de conversión eran bajísimos y en general todo iba resultando un soberano fracaso.

Durante un encuentro con un marketer amigo y mientras compartíamos un café, nos surgió la idea de hacer un poco de trabajo offline. Fué así que decidimos mandar imprimir 2000 tarjetas y 100 flyers con el nombre del producto, la url del website, y algunas frases que motivaran a la curiosidad y la acción.

De tal manera que salimos a la calle y pegamos los flayers en casi cada poste eléctrico que nos encontramos en las principales avenidas de la ciudad. De más está decir que a toda persona que veíamos un poquito "pasadita" de peso le regalamos una de aquellas tarjetas impresas.

Una semana después todo comenzó a cambiar. Las visitas a ese website se dispararon y las ventas aumentaron en casi un 400%. ¡La idea había dado sus frutos!

Muchos marketers se han olvidado de la vieja escuela, de los tiempos en que no existía internet y los vendedores viajantes, de cuello y corbata aunque el sol derritiera las piedras, tocaban a la puerta de los hogares proponiendo sus mercancias con una amplia sonrisa en sus labios. Así se vendió por muchos años y ese sistema sigue siendo extraordinariamente efectivo aunque cada vez menos usado debido al protagonismo que tienen las nuevas tecnologías.

Yo no imagino, por ejemplo, a Jeremy Schoemaker repartiendo tarjetas a la entrada de un supermercado o pegando flyers en alguna esquina de su ciudad. Pero no todo el mundo goza del tráfico que tiene su sitio web ni de la maquinaria que él ha sabido construirse a su alrededor. Por lo tanto, si tú no estás en la situación de Jeremy me atrevo a sugerirte que no deseches la idea de darte a conocer fuera de la web.

Una simple camiseta que uses una vez a la semana con la url de tu sitio, algunas tarjetas impresas con el logo de tu blog o website, y varios carteles de bajo costo convenientemente situados, podrían mejorar el tráfico hacia tu sitio y hacer que tu trabajo sea más conocido. En otras palabras: todo no se reduce al ordenador desde el que trabajas.

Siempre que viajo por carretera no puedo evitar leer ciertos anuncios. Aunque te desplaces a una velocidad de 80 millas por hora una valla publicitaria que llame la atención siempre dejará una huella en tu cerebro sin que te des cuenta de ello. Y aún cuando hemos desarrollado cierto sentido para "ignorar" la publicidad esta sigue siendo efectiva. Y siempre lo será.

De tal manera que no sería mala idea que te salieras cada cierto tiempo de frente a tu ordenador e hicieras algún trabajo en la calle. Allí es donde está la gente de carne y huesos, gente real a las que te puedes dirigir amablemente para darle una tarjetita con la url de tu sitio y un breve resúmen sobre lo que haces. Algunos no aceptarán tu ofrecimiento, otros te lo agradecerán.

Tiempo después te darás cuenta que valió la pena esa sencilla estrategia de mercado.

Hasta pronto.

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