Hasta hace relativamente muy poco tiempo tener cientos o miles de enlaces entrantes era de capital importancia. Esa fue una de las razones por las que surgieron intermediarios, en general "especialistas" SEO que se dedicaron (y se dedican) a construirte enlaces que apunten a tu página para que esta mejorara su importancia. Y parecía bastante lógico, pues si mucha gente te enlazaba significaba que eras un "experto" en tu nicho.
Pero las actualizaciones de Google, o más bien de los algoritmos de Google, no se detienen. Ya van quedando pocos animales para nombrarlas.
Desde Pandas, pasando por Penguins, hasta Colibríes, el gran buscador, como ya he dicho, ininterrumpidamente ha tratado que los textos verdaderamente relevantes sean el principal medidor de la importancia que para el usuario tenga una página web o blog. Y junto a ello el impacto que dichos textos tengan en las redes sociales. De ahí que ahora nuestros especialistas en SEO hayan volcado su trabajo a hacer resonar cada texto en las redes sociales. Se busca con ello decirle a Google, ¡mira qué popular es mi sitio!Pero resulta, para mal de muchos y bien de otros tantos, que un buen texto lo seguirá siendo sea que tenga cien mil me gusta en Facebook, o cien mil +1 en Google plus, o sólo 10. La razón es muy simple: en su lucha anti spam Google se ha dado cuenta que estos números también se pueden inflar comprando los me gusta y los +1. Y para ello sobran los trucos. Y en Twitter ni hablar, más de lo mismo. ¿Cree alguien que Google no se da cuenta?
Va quedando entonces que tú, como simple editor de un blog o de un sitio web, simplemente te limites a escribir contenido de calidad que sea digno de ser reconocido como cualitativamente superior a otros de tu mismo nicho. Es como si para Google el hacer justicia esté entre sus prioridades. En otras palabras: escribe bien, artículos de calidad, y relájate un poco. Las puertas a lo que realmente tiene valor, como nunca antes, comienzan a abrirse para aquellos que tienen el oficio de transmitir sus ideas de manera correcta y responden a las expectativas que espera encontrar el internauta cuando hace una búsqueda sobre un tema determinado.
Esto significa que, de alguna manera y como ya escribí en mi último post, Google ha comenzado un viaje de vuelta a la realidad.
Y esto complace definitivamente a todos esos magníficos editores, como también escribí en esa entrada, que estaban condenados a ser para siempre segundones. Ha llegado la hora en que la verdadera calidad se vaya imponiendo sobre la mediocridad de aquellos que siempre contaron con los recursos para lograr que su páginas, aun siendo verdaderas porquerías, ocupasen los primeros lugares por los siglos de los siglos.
Últimamente he visto que como resultado de algunas búsquedas que he hecho aparecen en primer lugar artículos creados por editores de poca fama y desde sitios de poca fama. Y he sentido que he encontrado lo que he buscado en blogs y websites que hasta hace poco tiempo eran perfectos desconocidos mientras que sus editores se esmeraban en crear verdaderas obras maestras de calidad.
Ojalá todo se mantenga así y que, incluso, los algoritmos de Google continúen perfeccionándose para bien de internet. Produce un estímulo gigantesco el que tú, un simple blogger joven y sin fama, te hayas esmerado en producir un buen contenido y Google te lo reconozca haciendo que aparezca en la primera página de los resultados de búsqueda. Ello, sin duda alguna, hará que la calidad general de la información, y no la avaricia y las técnicas fraudulentas, hagan de internet un lugar donde lo bueno prime por sobre lo mediocre.
Por supuesto que el que tus posts sean enlazados por otros de manera natural son también un estímulo. Cada enlace que recibes es una especie de reconocimiento a tu labor. Pero el hecho de dedicar más tiempo a la creación cualitativamente superior y no a la lucha sin fin de manipular los resultados hará de ti un mejor blogger. No lo dudes.
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