"Echa tu pan sobre las aguas, que después de muchos días lo hallarás".
Eclesiastés 11:1
En esta sentencia hay una sabiduría enorme. Muchos internautas reaccionan negativamente cuando se encuentran ante una opción de pago. Creen que pagar por información no es justo y que ya existe mucha gratis diseminada por internet donde seguramente encontrarán lo que buscan. Grave error.
El versículo arriba escrito pertenece nada más y nada menos que al Rey Salomón, el hijo del Rey David, a quien la nación de Israel considera uno de sus patriarcas y profetas y de quien no pocos creen que fue el verdadero estabilizador del Israel de aquellos tiempos. De David se habla y se cita muchas veces en ese extraordinario libro que es la Biblia. De hecho, hasta el Maestro Jesús habló de él.
Pero volvamos a Salomón. Algunos economistas e historiadores están completamente seguros de que Salomón ha sido uno de los hombres más sabios y ricos que haya existido jamás. Su fortuna, hoy en día, dejaría pequeños a multimillonarios como Carlos Slim, Bill Gates, y a algún que otro Jeque medio oriental. Según 1Reyes 10:14 Salomón adquirió, en tan sólo un año, 666 talentos de oro (unas 25 toneladas del metal precioso) que hoy valdrían alrededor de unos 260.000 000 millones de euros. ¿Te imaginas una cifra como esa 843 años antes del nacimiento del Maestro Jesús?. Y a ello habría que añadir el valor del resto de sus propiedades. En fin, que el Rey Salomón fácilmente podría haber tenido a Carlos Slim y a Bill Gates como simples ayudantes.
La ley de circulación del dinero
En realidad la interpretación de Eclesiatés 11:1 no se restringe únicamente al dinero. Más bien nos habla de una ley universal que nos dice que a cada acción le corresponde un reacción. "Echar tu pan sobre las aguas" envuelve muchas cosas, por ejemplo, una buena acción que te será retribuida con el tiempo porque a ese proceso de dar le corresponde, por ley, el premio de recibir. Muchos creen que esa ley no siempre se cumple y se vuelven avaros a la hora de hacer el bien a otros. Son tacaños espirituales que sencillamente desconocen cómo funciona el universo.
En el caso particular del dinero hay una ley: dinero acumulado y no reinvertido, es dinero que no crece ni crea bienes y servicios. El Maestro Jesús también se refirió a esa ley en su famosa Parábola de los Talentos.
Hay personas que crean valor a través de la información. Cuando tú te pones en contacto con esa información teóricamente deberías adquirir un conocimiento que te permitirá avanzar en la dirección que deseas. Cuando pagas por esa información estás pagando por tu educación con el objetivo de obtener beneficios después. Además, el trabajo que otros hicieron merece un pago, en este caso, por haber creado información que será útil a tu futuro cuando la apliques.
En el mundo de los negocios por internet ocurre igual. Los infoproductos de pago contienen información especializada que alguien preparó con mucho esfuerzo y dedicación. Tú, cuando vas a tu empleo, vendes tu fuerza de trabajo a cambio de dinero. Con seguridad ardería Troya si el día de cobrar el jefe te dice que no tiene dinero para pagarte. Pondrías el grito en el cielo y quién sabe dónde pararía esa injusticia. Tu vendiste tu fuerza de trabajo y por lo tanto mereces tu salario. ¿No es así?. ¿Por qué entonces te niegas a pagar por el trabajo de otros?. Cuando actúas así estás sirviendo de barrera a una ley universal y terminarán por cerrarse todas las puertas para ti. Tal vez por ahorrar unos dólares estás dejando de ganar miles. O dicho en otras palabras: al no conectarte con la ley de circulación del dinero estarás cerrando toda oportunidad para que tú ganes más dinero. Escondiste tu talento por temor, tal y como describió el Maestro Jesús al siervo malo de la parábola que antes cité.
Carlos Marx (y otros filósofos anteriores a él) dejó bien claro que el dinero es una mercancía más. Sirve como medida de cambio después que la humanidad pasó del trueque primitivo (tú tenías gallinas y yo tenía vacas) en que los comerciantes simplemente intercambiaban un producto por otro. Pero sucedió que 5 gallinas no eran igual a una vaca, entonces tú, para tener mi vaca, debías darme tus 5 gallinas más una cantidad de dinero que compensara la desigualdad de valor entre nuestras mercancías. Así surgió el dinero y su valor como medidor del trabajo y de los bienes. Romper esa regla sólo te traerá problemas económicos, pues, repito, estarás luchando contra una ley universal que en el caso del dinero nos aclara que cuando ponemos nuestro dinero a circular no sólo permitimos que otros se beneficien, si no, y también, que tu dinero volverá a ti multiplicado.
Aplicar esta sencilla pero potente regla en tu vida hará que fluyas con una ley universal que ha permitido a muchos amasar verdaderas fortunas sin tener que hacerle daño a nadie. Simplemente el universo les ha retribuido el cumplir con esa ley. Así de sencillo.
Por lo tanto, piénsatelo dos veces antes de creer que otros no merecen que tú les pagues por el servicio que te brindan. No estarías siendo justo, ni con ellos, ni contigo mismo. Hay productos gratis por los que pagar sería una falta de sentido común. Pero hay otros que merecen un pago debido a su exclusividad y al valor que poseen, y entre ellos, la información de calidad.
Hasta pronto.
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ReplyDeleteGracias.
No más oportunidades.