Nadie duda que grandes hombres han influenciado a millones aun después de muertos. Desde Buda, pasando por el Gran Maestro Jesús de Nazaret, hasta Mahoma, la historia humana ha recibido la visita de personajes que han marcado un hito en el devenir de los acontecimientos.
De hecho, muchos de sus seguidores sencillamente aseguran que sus Maestros vencieron a la muerte y que están vivos. Desde los templos budistas, pasando por las iglesias cristianas hasta las mezquitas musulmanas, nadie tiene duda alguna que sus ídolos viven y rigen desde algún lugar los destinos del mundo. Sólo los budistas poseen un concepto algo diferente respecto de su fundador debido a que por haber recibido la iluminación ya no ha vuelto a reencarnar, algo que también sucederá a quienes, según esa doctrina, se liberan de la rueda de reencarnaciones y se convierten en budas gracias a la santidad alcanzada en sus vidas presentes. Vale aclarar que para un budista y un hinduista nadie nace por primera vez ni muere para siempre.
Al caso de los tres Maestros antes indicados se pudieran sumar a científicos, artistas, y hasta políticos, que con su impronta cambiaron el curso de los acontecimientos mundiales. Ellos también viven en sus obras, y aunque no fundaron grandes religiones están presentes hoy a través de sus legados. Metafóricamente hablando se pudiera decir que tampoco han muerto.
Sin embargo, hoy no quiero hablarte de tan excelsos personajes, si no, de cómo con simples técnicas de reprogramación mental personas sencillas como nosotros podemos cambiar el mundo. O más específicamente, nuestro mundo.
Para nadie es un secreto que el mundo es como lo pensamos y experimentamos. Para una persona proclive a los procesos depresivos el mundo es gris, lleno de sinsabores, un territorio hostil que lucha en su contra. Para un optimista el mundo es todo alegría, deseos de vivir, metas que alegremente deben ser cumplidas para que su experiencia de vida continúe siendo, básicamente, una hermosa y satisfaciente aventura. Otros viven inmersos en los números monetarios. Un rico que se arruina de momento es muy capaz de regalarse un balazo en la sien, pues sin dinero la vida carece de algún sentido para él. Ejemplos sobran. Lo que trato de significar está recogido en un viejo proverbio: "cada persona es un mundo".
Existe una técnica o herramienta hawaiana que cada vez más personas están reconociendo como muy eficiente para cambiar el mundo que les rodea. Se trata del Ho' oponopono. Este sistema de limpieza mental es el responsable de que muchos, sin ser famosos, hayan logrado cambiar "sus" mundos. La gente, las cosas, los eventos y fenómenos que afectan nuestra vida, son exactamente de la manera en que nuestra mente los concibe y razona. Luego, si cambiamos y limpiamos nuestra mente de preconceptos fuertemente arraigados en nuestros procesos mentales, todo el mundo (incluyendo a los otros seres humanos que nos rodean) comienza a cambiar. Lo transformamos a partir de una visión nueva que adquirimos sobre lo que la vida es.
Te dejo aquí un vídeo realizado a Mabel Katz, una argentina que estudió Ho'oponopono con el maestro hawaiano Dr. Ihaleakala Hew Len, toda una autoridad mundial en la materia. Se trata de "limpiar nuestra mente de recuerdos malsanos" que son los causantes de que veamos el mundo más complicado de lo que en realidad es. En otras palabras: cuando estudias las sencillas y fáciles técnicas del Ho'oponopono y las practicas en tu vida diaria todo cambia y la vida se convierte en una suerte de alegría perenne que trae consigo recompensas que bien valdría la pena experimentar.
Hasta pronto y que disfrutes del vídeo.
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