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Cuatro Joyas, Ocho Vías, y una Verdad

1-Toda vida es sufrimiento.
2-El sufrimiento se debe al deseo.
3-Se elimina el sufrimiento si se eliminan los deseos.
4-Hay ocho vías para eliminarlos:

  • Conducta recta
  • Visión correcta
  • Hablar correcto
  • Actuar correcto
  • Medio de vida correcto
  • Entrenamiento de la mente correcto
  • Esfuerzo correcto
  • Concentración correcta
No creo que exista persona alguna que se atreva a cuestionar la validez de las 4 nobles verdades y de la vía óctuple para crecer como ser humano. Sin embargo, el gran obstáculo para quienes vivimos en el mundo occidental es entender si ese tipo de filosofía de vida puede resultar útil. Muchos dirán que sí, otros dirán que no tienen el tiempo suficiente para sentarse sobre una manta a meditar por unos minutos u horas. "Es cosa de orientales", pensarán. Pero no es así.

Una gran cantidad de personas cree que  dedicarse más a sí mismos es  "perder el tiempo". La velocidad a que nos somete nuestra civilización excede, por mucho, a la capacidad de aguante de mucha gente. Y las consecuencias las vemos por todas partes. Un aumento dramático del estrés y de las enfermedades asociadas al mismo ya no son noticia.

Los habitantes del mundo occidental gastan billones de dólares en viajes de descanso hacia aquellos lugares donde aún quedan remansos de paz. Van allí a reponer sus fuerzas, a reintegrarse a la naturaleza, y a relajar la tensión nerviosa a que se ven sometidos durante todo el tiempo de su desenvolvimiento social. Pagan por ello porque sienten la necesidad de escapar de tanto bullicio materialista y mental además del enriquecimiento cultural que un viaje siempre representa.

Piense en esto
En las montañas del Cáucaso si una persona muere a los 80 años todos se preguntan por qué murió tan jóven. Mientras, nosotros los presumidos occidentales, caemos como moscas a cualquier edad comidos por cientos de enfermedades y estrés a pesar de la tecnología. Aunque podemos mostrar una esperanza de vida superior a muchas zonas del mundo todos sabemos lo frías que esas cifras pueden ser. En el Cáucaso también muere la gente, pero ese no es el punto, si no, cómo viven.

Relatar aquí el estilo de vida que llevamos sería muy pesado, además, todos lo conocemos muy bien. Sólo quiero llamar la atención sobre un punto: se nota la infelicidad, una infelicidad que no puede ser enmascarada por los artefactos detrás de los que escondemos nuestras carencias.

Hay una solución: ser libres
Debo admitir que me produce risa observar la tranquilidad de un occidental cuando dice de sí mismo: "soy libre".
Ok, usted es libre. Ahora dígame, ¿ya pagó sus cuentas del mes? ¿Ya ha pensado en su próximo smartphone? ¿Y qué me dice de sus jeans, no habrá llegado la hora de comprarse otros? ¿Le gustaría que hablemos de la crisis y de su empleo, si es que aún lo conserva? ¿Y qué me dice de su auto, no habrá llegado la hora de cambiar ese cacharro de 5 años?  ¿Cuántos miles le costó su casa si es que tiene una?  ¿Además de comida chatarra, qué otra cosa come? ¿Es usted una persona exitosa? ¿Cuánta energía y recursos gasta usted en conseguirlo?

Las preguntas podrían ser miles, pero lo que quiero significar es, en esencia, la importancia de replantearnos  a escala personal el concepto que tenemos de lo que la libertad es. No en el indefinido mundo del relativismo consumista, si no, en el tranquilo mundo de la espiritualidad humana. Y una muy buena vía puede ser usar como patrón las cuatro nobles verdades, y como medicina, la vía óctuple. No es fácil, pero usted no será el único que ha emprendido el camino de vuelta a casa aún viviendo en el mundo occidental.



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