La mayoría de los blogs exitosos del momento tratan sobre tecnología. Es un nicho que atrae a muchas personas deseosas por conocer el último invento salido de los laboratorios que se dedican a crearlos. Websites tan famosos como Mashable, The Verge, y TechCrunch, atraen en conjunto a millones de internautas diariamente. Y por supuesto, a una buena cantidad de dólares.
Todo parte de la natural curiosidad que sentimos hacia lo nuevo y a la creencia en que las nuevas tecnologías pueden darle un giro positivo a nuestras vidas. O dicho de otra manera: se conecta las nuevas creaciones tecnológicas a un supuesto aumento en la calidad de nuestra existencia. Millones se la pasan manipulando sus teléfonos inteligentes las 24 horas del día, sus tablets de última generación, sus ordenadores ultra rápidos, el último software, etc. Es toda una comunidad mundial de personas adictas a sus aparatos y a todo lo nuevo que pueda salir al mercado en esa rama. De entre ellos, muchos no tienen el dinero necesario para comprar sus sueños y sufren. Pero para los que sí pueden adquirirlos la noticia es que en muy poco tiempo descubren que su "nueva" tecnología se hace "vieja" en un abrir y cerrar de ojos. Y de nuevo... ¡a por otra!. Es una espiral ascendente de gastos construida sobre una base de bytes, megas, altas frecuencias, widgets y gadgets. O para ser más exacto: una construcción de vida con base en lo virtual donde parece no existir un fin final.
La sociedad consumista actual y su sistema de venta de "valores" está ejerciendo una presión brutal sobre quienes ya son presa de la adicción por los ingenios tecnológicos. Se puede afirmar que las grandes compañías empujan con todas sus fuerzas para que nos sintamos desgraciados si no compramos sus creaciones. Nos empujan a sentirnos fuera de grupo explotando nuestro instinto gregario.
Por suerte, una gran parte de la humanidad ha descubierto, como bien dijo un cubano llamado José Martí, que "toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz".
No comments:
Post a Comment