Pages

.

Desarmarse

Los seres humanos gastamos una enorme cantidad de tiempo armando nuestras vidas. La hemos dotado de aquellos elementos que consideramos útiles para nuestro andar y que nos proporcionen la mayor cuota de felicidad posible. En parte, esa es una de las justificaciones a la vanidad. No nos gusta que nos critiquen negativamente en aquellos aspectos que creemos necesarios y sobre los cuales hemos invertido una buena cantidad de tiempo, energías, y hasta recursos económicos. Todo el mundo cree ser inteligente en su propia opinión.

Pero a veces nuestra superestructura no está debidamente cimentada y comienza a hundirse. Los fracasos que archivamos deberían ser una magnífica señal a tener en cuenta para comenzar el debido desmontaje de aquellos elementos que, más que ayudarnos, nos perjudican. Una muy mala noticia para usted sería el estar notando que algo no funciona bien en su vida y no tomar medidas al respecto. Si es así, usted está en medio de una crisis de orgullo. Otra variante podría ser que usted esté intentando autodestruirse de manera consciente. En ese caso, usted necesita ayuda especializada urgente.

Algunas personas poseen un tan elevado concepto de sí mismas que este termina por serles dañino. Y la razón fundamental de ese daño es que esas personas no son capaces de desmontarse, no quieren hacerlo porque su orgullo no las deja. A todas luces, corregirse les parece humillante aún cuando van de fracaso en fracaso. Y siempre culpan de ello, o bien a otros, o a las circunstancias.

Soy de los que piensa que, en esencia, la vida no es un problema a resolver, si no, un misterio a develar. Sin embargo, no deberíamos dejarnos absorber completamente por esa mística.
"Poner los pies en la tierra", por ejemplo, sería una excelente opción para [re]programarnos.

No comments:

Post a Comment