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Una Analogía Válida

En las universidades se enseña cómo llegar a ser un buen empleado. Te instruyen para que estés preparado para adentrarte en el mercado laboral y llegues a obtener promociones debido a tus resultados, tu talento, y tus títulos. De hecho, nuestras sociedades están repletas de graduados cuyo único objetivo es el de obtener un buen empleo para lograr la vida de sus sueños.

No se enseña en nuestras escuelas a ser emprendedor, esa es una decisión que tendrás que tomar a tu cuenta y riesgo. Preocupantes estadísticas nos dicen que a la mayoría de los emprendedores les irá mal y que sólo unos pocos lograrán extender un negocio exitoso más allá de los primeros cinco años de existencia. Otras estadísticas, más duras aún, nos dicen que en el primer año a la mayoría de los emprendedores se les habrá acabado su sueño y tendrán que regresarse al cada vez más competitivo mundo del mercado laboral.

No es tan ilógico que las estadísticas nos informen de esta situación, pues como ya dije, no nos enseñan a ser independientes del sistema comercial creado tras siglos de instituido. La regla es simple: no todos triunfarán porque no todos tendrán la oportunidad ni los conocimientos a pesar de sus múltiples títulos académicos.

Esa es una de las razones de más peso cuando la gente, podría decirse que en masa, cifra en los negocios por internet la esperanza de llegar a ser auto suficientes en materia económica. La red de redes ofrece las mismas oportunidades que siglos atrás, cuando una incipiente revolución industrial nacía en Inglaterra y atrajo a todo aquel que tuviese un poco de imaginación tecnológica y los medios de convertirla en realidad.

Internet es una revolución digital donde a la mayoría le irá, desafortunadamente, mal. Y las estadísticas también nos informan de la misma situación que en los negocios offline. Sin embargo, es muy atractivo imaginar que desde la sala de tu casa podrías obtener la tan ansiada libertad financiera.

Pero, ¿libertad respecto de qué o quién?

Hay un montón de respuestas, pero la más lógica es que si consigues ganar dinero online no dependerás de los vaivenes de una economía que por momentos parece un gigante con los pies de barro. Es entonces que corremos a protegernos bajo las alas de esta revolución digital para crearnos un espacio económicamente "seguro" que nos blinde.

La buena noticia es que es perfectamente posible lograrlo. La mala, que en aquellos tiempos en que las fábricas inglesas comenzaron a echar humo a la atmósfera ello no significó la seguridad económica para todos. Es más, en ciertas circunstancias sería bueno analizar cuanto de perjudicial trajo para las capas más pobres el que unas máquinas ruidosas pudieran hacer el trabajo de varios obreros forzados al paro ante su inutilidad para el propietario. Inglaterra se hizo más próspera, lo cual no necesariamente significa que todos los ingleses comenzaron a vivir mejor.

Crear un negocio en internet conlleva a los mismos riesgos que los que tuvo la revolución industrial, y las estadísticas así lo informan.

Se trata entonces de intentar que conozcas cuáles son tus limitaciones y tus puntos fuertes, pero nada estará garantizado. No por gusto sigue existiendo un enorme mercado laboral esperando, si es que tienes la suerte de acceder a él, que corras presuroso a vender tu fuerza de trabajo muchas veces al peor postor.

Hasta pronto.

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