Toda mi vida he sido un fanático a mantener un bajo perfil. Definitivamente no nací para ser famoso ni sabría cómo manejar la fama. Francisco Requena , con quien me une una incipiente amistad, desea saber cuáles fueron mis orígenes como marketer y si tuve algún maestro que me enseñara.
Es decir, esta entrada no la tenía planificada, así que estoy escribiendo por encargo.
Sin embargo, hablar de uno mismo resulta inevitable cuando eres un comunicador. A pesar del gusto enorme que siento por las sombras siempre llegará el momento en que tendré que hablar de mi, sobre todo cuando se hace necesario apoyar con experiencias propias las cosas que afirmo cuando escribo sobre un tema del cual se supone que debería saber algo.
Cómo empecé
Ya de eso han pasado ocho años, casi nueve. Como ya escribí me cansé de trabajar para otros. Algo dentro de mi me decía que yo no había venido a este mundo a reventarme en trabajos de 9 a 5 que sencillamente odiaba. Yo nací en los Estados Unidos. Mi padre es de origen latino y mi madre norteamericana, es decir, nací, me eduqué, y crecí en este grandioso país que tanto amo y donde no por casualidad comenzó todo este rollo que ahora se conoce como Internet. Fue aquí donde comenzaron los primeros intentos de ganar dinero en línea cuando el resto del mundo aun dormía. Por lo tanto, considero que fue una ventaja que tuve y tengo, pues sigue siendo este país el líder indiscutible del uso de la red de redes con fines comerciales y de otro tipo.
Cuando dije adiós a mi trabajo de entonces yo era un ignorante total acerca de los negocios online. Sin embargo, di el salto suicida que irónicamente más vida me ha dado. Descubrí que me gustaba escribir, decir cosas para que otros las leyeran, pero repito, siempre me ha gustado mantenerme en la sombra, quizá porque fue la filosofía que motivó a aquel grupito de amigos que decidimos un día probar fortuna online.
Malamente yo sabía enviar un email, es decir, nada de códigos, nada de diseño, nada de SEO, nada de nada. Y ahí estaba yo, sin conocimiento alguno, sin trabajo, y sin imaginar que iba a ser de mi, intentando colarme por el hueco de una aguja para labrarme mi propio destino. Fueron años hermosos en los que todo, o casi todo, me salió mal. La mayoría de aquellos amigos abandonaron el camino. Sólo tres continuamos y hoy hemos logrado vivir de internet. No fue fácil, y eso, aunque no lo creas, es lo que más agradezco, pues cuando nos vimos rodeados de aquellos que nos llevaban una gran ventaja el reto se hizo más emocionante. Había algo por lo cual luchar y ese algo era adquirir el conocimiento que nos faltaba.
Hubo momentos en que vacilé entre seguir intentándolo o abandonar, pero siempre me decía a mi mismo: ¿si otros lo lograron, por qué yo no?. Lo que quiero decir es que la constancia y la tenacidad eran en realidad las dos únicas armas que tenía, por eso hoy me siento en capacidad de recomendarle a todo el que desee escucharme que sin esas dos cualidades es imposible llegar a obtener resultados. Y cuando pase el tiempo, si eres de los que está comenzando, ya verás como llegan tripulantes a este barco y desertan en el primer puerto. Internet es una mina de oro, pero cada vez se hace más necesario profundizar en las entrañas de la red para encontrar la veta dorada debido a que la competencia es brutal.
Siendo honesto debo decir que tuve un mentor, mi gran amigo Mike, a quien conocí por vivir en el mismo edificio que yo vivía. Ya él estaba teniendo algunos resultados y fue una inspiración para mi. Varias veces lo vi recogiendo cheques de su buzón de correos, algunos de ellos de cuatro cifras. Imagínate cómo yo me sentí cuando comprobé con mis propios ojos que sí, que era posible ganar dinero por internet.
Fue Mike quien me introdujo al mundo del marketing cuando él mismo todavía no lo dominaba del todo. También viene a mi memoria la primera vez que recibí un cheque. Poco faltó para que saltara por la ventana de tanta alegría a pesar de que solo eran algo más de cien dólares. Ese fue el día que comprendí cuál era mi camino. Después vinieron los tiempos en que devoraba, literalmente hablando, todo lo relacionado al marketing que cayera en mis manos. Sin embargo, no era mucho lo que ganaba aunque paso a paso mis ganancias se iban incrementando.
Tal vez mi historia es la misma de todos los que un día comenzaron este camino y aun se mantienen en el combate. Ellos pudieran escribir lo mismo que ahora escribo. Es decir, nada de especial tengo que pueda diferenciarme de otros. Un día me decidí, al otro aprendí, y al otro apliqué lo aprendido. Pero algo me interesa significarte: nunca se termina de aprender. De hecho, el día que te lo creas empezarás, como dijo Gardel en uno de sus más famosos tangos, "cuesta abajo en tu rodada".
Los negocios por internet se tratan esencialmente del marketing. Esa es la mejor herramienta de un marketer. Todo lo demás deberías aprenderlo pero sólo como apoyo al sistema que mejor funciona. Trabajo me costó aprenderlo, pero lo aprendí. Nada de software maravillosos, nada de entrar por la puerta trasera, nada de fraude, marketing, marketing, y más marketing.
Si estás comenzando yo te recomiendo que sigas a alguien que centre su trabajo en el marketing. Luego aprende todo lo demás, como el SEO, pero si no aprendes cómo tratar con los clientes, si no sabes cómo interesarlos en tu mensaje, si no aprendes cómo se monetiza un contenido, si no aprendes el ABC de las pre ventas, entonces no vas por buen camino. Al menos eso es lo que he visto y fue así que aprendí.
Como ves, querido Francisco, mi historia no es nada singular. Muchos pudieran escribir lo mismo que yo y hasta pudieran contar una historia más interesante que la mía. Pero mi historia es mi historia, y es la que te puedo contar. Mucho se ha quedado en el tintero pues me es imposible resumir casi nueve años en unas pocas palabras. Todo lo que puedo decirte es que si realmente quieres ser un marketer debes aprender marketing, ser constante, paciente, y disciplinado. Aplica rápidamente todo lo que vayas aprendiendo y jamás sientas temor al fracaso. En este mundillo uno se cae, se levanta, se vuelve a caer, y se vuelve a levantar. Algunos de mis sitios fueron destrozados por las actualizaciones de Google, pero lejos de irritarme, aprendí, lo cual es mil veces mejor.
Esta es una carrera emocionante, apasionante, pero requiere de una tenacidad que el 98% de los que lo intentan no están dispuestos a mantener. No por gusto sólo dos de cada cien lograrán algo. Y creo que estoy siendo bastante liberal.
Después de estos primeros ocho años, cuando miro hacia atrás, me doy cuenta de todos los errores que cometí debido a mi ignorancia y a la impaciencia propia del novato que aun no ha visto los resultados. Es un proceso que inevitablemente todos tienen que pasar y del que hay que sacar las debidas conclusiones.
Sé tenaz, sé disciplinado, sé una persona enfocada, jamás te rindas, estudia y supérate cada día, saca las enseñanzas que dejan los fracasos y estarás algún día en ese 2% de triunfadores. Sigue sistemas de negocios probados, no a personajes.
Y esa es mi historia, Francisco. Nada del otro mundo. Llegué un día y me propuse quedarme.
Y aquí estoy.
Hasta pronto.
Tal vez te interese: ¿Cómo Empezar?
No comments:
Post a Comment