La mayoría de los marketers que han obtenido algún éxito de ventas declaran sentirse sorprendidos. No se esperaban tal resultado de lo que comenzó siendo una pequeña idea que un día les cruzó por la cabeza en un lugar cualquiera. Generalmente pienso que esos marketers son unos mentirosos, y me incluyo en la lista cuando he declarado lo mismo que ellos. O para suavizar la afirmación: usamos de la falsa modestia para magnificar un hecho.
Hay momentos en que un suceso imprevisto ocurre. El avión que debía salir a las 8 y 45 am se ha retrasado debido a problemas técnicos. El bus que esperabas a las 9 en punto llegó a tu parada a las 9 y 12, y la chica que esperabas a las 8 pm frente al restaurant ha llegado con 25 minutos de atraso debido al tremendo tráfico que debió enfrentar. Hasta aquí todo está bien.
Lo que no puedes hacer que otros te crean es que tú no esperabas que tu avión, tu bus, y tu chica, estuviesen listos a la hora convenida. Por el contrario, todo lo tenías preparado para que ello sucediese. Lo que no podía ocurrir es que el avión y el bus que no debías abordar se atrasaran, pues ellos no estaban en tu ecuación para ese día. Y si no tenías cita con una chica frente al restaurant de marras entonces tampoco ella pudo llegar tarde.
Si has escrito un e-book no me podrás convencer jamás que no soñaste con grandes ventas después de haber dado todos los pasos que el marketing exige para que el resultado fuera posible. Si esperabas que tu avión saliese a la hora convenida, para lo cual compraste un boleto, no me trates de convencer que te esperabas el retraso en la partida. Y lo mismo aplica al bus y a la cita frente al restaurant.
¿Adónde vas?
Cuando lo tengas decidido entonces cuéntame la verdad. Dime que tu línea aérea preferida falló cuando menos lo esperabas. Que la línea de autobuses que normalmente usas se ha vuelto impuntual, que la chica que citaste es muy posible que, como casi toda mujer, demorara más de lo necesario acicalándose para darte una imagen que lograra que tu mandíbula chocara contra el suelo, o que simplemente se retrasó a propósito con la idea de que ya tú no estuvieras allí.
Existen los sucesos imprevistos y todos estamos de acuerdo en este punto. Lo que es muy difícil de creer es que no tengas el suficiente valor para gritar a todo pulmón que tus planes se cumplieron de acuerdo a tus expectativas.
El uso indiscriminado de la modestia es aún más inmodesto que el más excéntrico de los personajes que veamos por ahí.
Mejor dime que cuando trabajaste duro para escribir tu e-book soñaste con ventas aun mayores que las que has logrado. Yo pudiera creer que fuiste pretencioso, pero ese es un defecto que se puede digerir mejor que aquel que se reduce a si mismo al tamaño de un mosquito para restregarnos a todos un éxito que ya había soñado y calculado.
¡Qué linda es la honestidad!
Hasta pronto.
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