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Tú Eres Perfecto

Desde que nací he venido escuchando que la perfección no existe. Y lo creí por muchos años. Esta idea generalmente viene acompañada de la finitud de todas las cosas, incluyendo a la vida tal y como la conocemos. Es decir, se cree al dedillo que como seres humanos la perfección es algo que no nos pertenece de oficio, que solo es una cualidad que corresponde, según las religiones, (y no en todas) a Dios.

Sin embargo, basta echar una ojeada a nuestro cuerpo físico para comprender el error. David, uno de los personajes más mencionados en ese gran libro que es la Biblia, escribió:

"Porque tú formaste mis entrañas,
me hiciste en el seno de mi madre.
Te alabaré porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho;
maravillosas son tus obras,
y mi alma lo sabe muy bien".
Salmo 139: 13-14

Y esto no fue escrito ayer por la tarde, si no, hace ya miles de años. La ciencia se ha encargado de darle la razón a este antiguo Rey hebreo. Por ejemplo, basta buscar un poco de información científica para darnos cuenta que el funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra mente son sencillamente espectaculares. Nuestro corazón bombea sangre oxigenada a nuestros tejidos y los mantiene vivos, nuestro páncreas regula las cantidades de insulina necesarias para garantizar el equilibrio de nuestros azúcares en sangre, tenemos dos piernas perfectamente diseñadas para desplazarnos, manos para agarrar objetos, pintar, esculpir. Y detrás de todo esto se encuentra nuestro cerebro, un ingenio que jamás será superado por ninguna de las más avanzadas tecnologías que podamos haber creado o que crearemos en un futuro porque todas saldrán de la mente de los diseñadores humanos. Es decir, nuestro cuerpo está perfectamente diseñado para la vida en este planeta y fuimos dotados de la capacidad de transformar nuestro medio conforme a nuestras necesidades.

Creo que ha habido una confusión entre los errores humanos y el relacionarlos con nuestra falta de perfección. Y ese es otro error. Si errar es de humanos, ¿por qué no considerar nuestros errores como una manifestación más de lo perfectos que somos?

Veamos qué dice el diccionario de la RAE:
Perfección: 1-Acción de perfeccionar.
2-Cualidad de perfecto.
3-Cosa perfecta.

Perfecto: 1-Que tiene el mayor grado posible de bondad o excelencia en su línea.
2-Que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto: Jesús fue un perfecto caballero.
3-De plena eficacia jurídica.

Es decir: lo tenemos todo para actuar conforme a nuestra hechura, solo que también tenemos la posibilidad de elegir entre actuar correctamente o no. Libre albedrío le llaman a esta posibilidad.

Los accidentes genéticos
Hay personas que nacen ciegas, sordas, mudas, a quienes no les funciona bien el corazón, el páncreas, o que sencillamente no gozan del juicio necesario para ser consideradas como personas "normales". También existen las enfermedades a que todos nos hemos visto o nos veremos enfrentados en un momento u otro de nuestras vidas. De hecho, una de ellas acabará con nuestra existencia terrena. Y otra vez la pregunta: ¿por qué la enfermedad y la muerte son sinónimos de imperfección?

Pretender asociar una salud permanente y la vida eterna como signos de perfección es otro error. "Inherente a todo lo compuesto está su propia disolución", dijo el Maestro Buda. Es decir, se cumple la ley física que nos habla de la transformación de todas las cosas en otras mientras que la energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Que podamos mejorar no es un signo de imperfección, todo lo contrario, habla de lo perfectos que somos, de nuestra capacidad para elevar las cotas del desarrollo humano aun más. ¿No es esto maravilloso?. El mejor reloj del mundo ha sido programado para que funcione de la mejor manera posible, pero por si mismo no puede mejorarse. En cambio, nosotros, los seres humanos, ya no somos los mismos que cien años atrás. Hemos evolucionado y seguimos evolucionando aunque a veces parezca que lo estamos haciendo todo mal, tal y como gritan a los cuatro vientos los catastrofistas entre quienes se encuentran los que predicen un inminente "fin del mundo".

Todo esto parte de la ignorancia que poseemos sobre lo que la vida es. Se nace y se muere, se desarrolla y se envejece, por tiempos gozamos de buena salud o nos enfermamos, en fin, que no comprender debidamente el ciclo de las cosas nos hace alejarnos de la verdadera comprensión de los fenómenos físicos y biológicos. Y en ello no hay imperfección, si no, el cumplimiento de leyes universales. Comprenderlas borrará de nuestra mente la noción de la imperfección y esta será sustituida por el entendimiento.

Vivimos en el mejor de los mundos posibles. Y lo afirmo a pesar de las injusticias que vemos cada día y en todo lugar, del daño que le estamos haciendo al medio ambiente debido a nuestras ambiciones, de las guerras, las epidemias, y todo lo que conforma el amplio capítulo de las miserias humanas. Lo que le falta a este mundo es justicia, no perfección, y la justicia es un camino que podemos escoger o desechar, pues tenemos esa posibilidad.

Si fuéramos imperfectos entonces la creación también lo sería. Sin embargo, no lo es. Nuestro planeta está a la distancia exacta que debería estar del sol. Un poco más cerca nos quemarían sus rayos y un poco más lejos nos mataría el frío. Se nota que hay diseño y propósito en la naturaleza. Siembras una semilla y luego nace una planta de la que muchas veces hasta te puedes alimentar. Un hombre y una mujer copulan y todo un mecanismo misterioso hace que a los nueve meses una bella criatura esté entre nosotros. La madre y el padre biológicos nada tuvieron que ver con el desarrollo y crecimiento del feto. Todo un mecanismo ya había sido creado y es quien se encarga de todo el trabajo de desarrollo de esa nueva vida. Los padres no crean el hígado de sus hijos, ni sus huesos, ni su cerebro. Todo ocurre "solo". No por gusto un inspirado David escribió, "te alabaré porque maravillosamente he sido hecho", palabras que no fueron dirigidas a sus padres biológicos, si no, al creador de ese "mecanismo".

No me canso de repetir que no soy una persona religiosa. No me hace falta. Pero si por todas partes vemos diseño y propósito, ¿por qué negarnos a la existencia de un Gran Diseñador y a la existencia de un Gran Propósito en aquello que el hombre no creó?. Si alguien diseñó el ordenador desde el que ahora escribo, ¿me vas a convencer que nuestro maravilloso cuerpo es obra de la casualidad?. Definitivamente no lo creo porque en mi cuerpo hay diseño y propósito, tal y como ocurre con mi ordenador. De hecho, cualquiera de nosotros es mucho más complejo que el más complejo de los ordenadores.

Es por eso que no creo en la Teoría de la Evolución del Sr. Darwin y sus seguidores. Me niego a creer en el azar, en la "sopa biológica inicial", y en la "transformación del mono en hombre". Lo creeré cuando vea a uno de los primates del zoológico local amanecer convertido en un humano entonando una canción de Beyonce.

Y también es por eso que creo que tú y yo somos perfectos a pesar de los problemas que podamos padecer como seres vivos que somos. El asunto es si estamos aprovechando convenientemente nuestra perfección para vivir mejor y facilitar que otros también corran con idéntica suerte.

No por gusto el Maestro Jesús dijo: "Sean ustedes perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto". ( Mateo 5:48)

¿Cómo pedir perfección a seres que "no son perfectos"? ¿Le pedirías a tu hijo de un año de nacido que resuelva una compleja ecuación matemática?

Hasta pronto.

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