No mucho.Por no decir que somos muy poco, o casi nada. Por no decir que no somos nada.
La mejor reflexión sobre "lo que somos" podemos lograrla visitando un cementerio, donde finalizaron su carrera todos los médicos del mundo, los intelectuales, los militares, los marketers, los millonarios, los que nunca tuvieron mucho dinero, los que vivieron cien años o nacieron muertos, los políticos, los bandidos, los religiosos y religiosas, las prostitutas y los puritanos, en fin, todos los seres humanos que poblaron este planeta y hoy son polvo. Y hasta los que en épocas anteriores también se hicieron esa misma pregunta.
¿Y a qué viene todo esto? -me preguntarás. No estoy deprimido ni algo me ha salido tan mal que necesito desahogarme. Por el contrario, hoy estoy tan de buen humor que he visto la vida desde una arista en la que nunca me había detenido: el objetivo de vivir.
Súbitamente pasaron por mi mente aquellos seres queridos que ya murieron o el bebé que esperamos mi esposa y yo. Por un muy breve instante recorrió la fibra más intima de mi ser la pregunta que da título a esta entrada.
Y obtuve una respuesta: somos un conjunto de casualidades que se desvanecerán algún día.
Y la gran pregunta no podía faltar: entonces, ¿qué sentido tiene la vida?
No sé, pero de momento este conjunto de casualidades que soy se empeña en usar su tiempo escribiendo este post. Tal vez no sirva para nada y sólo estoy dejando que mis dedos recorran el teclado de mi PC para ver el resultado de un conjunto de letritas con cierto orden y con un sentido que sólo yo veo.
Tal vez le sirva a alguien que se cree "muy importante", como si él mismo no fuera también ese conjunto de casualidades que un día se desvanecerá en el polvo del olvido sin importar cuán "importante" cree ser.
Por otro lado, esta entrada pudiera servirle a ese que se infravalora demasiado y ya ha llegado a la conclusión de que la vida es sencillamente una mierda. Algunos pudieran decirle que está equivocado, que la vida tiene un propósito definido, que vale la pena vivir, intentar ser feliz, y ayudar a otros en sus tribulaciones. Que es hermosa.
Pero yo, este conjunto de casualidades que soy, sigo sin tener la verdadera respuesta (si es que hay una "verdadera" respuesta). Lo sé porque siempre que veo un cementerio no puedo evitar pensar en todos aquellos a quienes la humanidad convirtió en iconos de la inteligencia y hoy también son polvo.
¡Qué tonto parece todo!, ¿verdad?
Las preguntas: ¿qué es la vida?, ¿existe en realidad algo a lo que podamos llamar como tal?, ¿qué somos en realidad?, de momento se me antojan una soberana tontería. Y yo acostumbro a resolver mis tonterías fumándome un cigarrillo y bebiéndome una cerveza, algo que voy a hacer ahora mismo.
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