Cuando un tipo invita a una mujer a cenar fuera la pasa a recoger con puntualidad de tren británico, se baja para abrirle gentilmente la puerta del carro, la cierra cuando ella se ha acomodado, da la vuelta, entra otra vez al carro, pone en marcha el motor, y le dice que luce radiante como un lucero de la noche dentro de su vestido aunque la chica parezca una vaca con encefalopatía espongiforme bovina. Nuestro galán no ha hecho otra cosa que usar el arte de la seducción para ganarse el favor de la mujer. Normalmente a las mujeres les gustan los hombres gentiles y caballerosos porque les aportan el mínimo de seguridad que necesitan para confiar y sentirse importantes, algo que demuestran usando del adecuado (y estudiado) lenguaje corporal para que el hombre capte el mensaje.
Los animales han demostrado ser más prácticos e inteligentes que los humanos en este punto. Cuando perciben el olor de una hembra en celo sencillamente la montan y la rellenan con cantidades industriales de esperma. Y la hembra, también más práctica e inteligente que nuestras mujeres, simplemente expele un olor que se puede sentir a kilómetros de distancia para lograr que los machos, luego de una cruenta batalla para determinar cuál es el más fuerte y apto para mantener la especie, se apodere de su vagina.
En el marketing online se trata de lo mismo. Enamorar a tus potenciales compradores con promesas de prosperidad si compran el producto que tratas de vender es una técnica que continúa dando resultados.
Como a la mujer y al hombre de nuestra historia al gran público de compradores les encanta que les endulcen los oídos con la idea de que van a ascender en su estatus económico o que van a mejorar su calidad de vida. Todo el mundo está dispuesto a escuchar promesas de prosperidad y bienestar. Una leve duda puede hacerles meditar por un tiempo, pero el sentirse importantes continúa siendo el propósito de millones de tontos de los cuales se aprovechan los avispados comerciantes, dentro y fuera de la web.
Y ante tanta seducción comercial cada vez más refinada, muchos no pueden resistir la tentación de sacar sus tarjetas de crédito y comprar hasta cajas de muerto modernamente acolchonadas si con ello creen que estarán más "cómodos" cuando sean puestos varios metros bajo tierra el día en que se mueran. Ya de esto hablé en una entrada que titulé "Mensajes seductores y trabajos de 9 a 5".
Pero esa es la vida que nos ha tocado vivir y bien poco podemos hacer para cambiar las reglas. Se vende, se compra, se hace marketing, se exploran mercados, se barajan precios, aumenta la competencia, se buscan atajos, se engaña, se creen las mentiras, se manipula, negocios que nacen y negocios que quiebran, etc. Ese es el sistema comercial dentro del cual nos movemos y existimos. O nos adaptamos a él o contratamos un cohete de la NASA para que nos lleve bien lejos de este planeta.
Sin embargo, no todas son malas noticias. Todavía, por raro que parezca, hay gente honesta y quedan productos de calidad a buenos precios. Sus vendedores no desgastan sus cuerdas vocales creando historias porque saben que lo que venden realmente tiene calidad.
Lo que deberías hacer, si aún no has sucumbido al estúpido sistema comercial de nuestros días, es separar la paja del trigo y hacerte de productos con verdadera calidad y utilidad para tu vida.
¿Quieres un truco para aprender a lograrlo? Es muy sencillo: mientras menos grite un vendedor mejor es su producto. Lo verdaderamente valioso no necesita de charlatanes.
Hasta pronto.
Tal vez te interese: Negocios en Internet: Los que no Ganan ni Un Centavo
No comments:
Post a Comment