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Futuro

¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste cómo sería tu vida?. ¿Estás en ese lugar que siempre quisiste estar, o no?.

Cuando se es niño se sueña a menudo con el futuro. "Quiero ser médico, o ingeniero, o militar, o piloto", se repiten los infantes una y otra vez mientras "cambian" de profesión casi cada día. Y se sienten muy bien, tanto, que pareciera que tocan sus sueños con la punta de sus dedos y los saborean. Cuando se es joven y adulto ese futuro se trata de planificar y ejecutar, a veces con éxito, a veces no. Pero cuando ya se es un adulto mayor el futuro personal pierde peso porque se reduce a una preocupación constante por la salud propia y por el bienestar de la familia creada. El presente se hace más importante a cierta edad.
Sin embargo, las personas de edad tampoco dejan de soñar. Cuando todos los procesos biológicos se ralentizan o comienzan a fallar, la mente de nuestros venerables viejitos no detiene la capacidad de imaginar cosas. Sólo que sueñan la vida de otros con más intensidad que la propia.

No todos los niños tendrán la oportunidad para llegar a ser lo que sueñan. O bien carecerán del talento, o de las posibilidades económicas, o de la salud. Tampoco lograrán los jóvenes y los adultos mayores todas esas cosas que quisieron y quieren, ya sea para sí mismos, o para otros.

Por fortuna, lo verdaderamente intocable son los sueños. Si así no fuera, nada tendría sentido.

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